Muchas experiencias
las he realizado grabando el ruido en blanco procedente de una o más
radios de onda corta desintonizadas entre emisoras. En otras ocasiones
he empleado como soporte el ruido del agua cayendo de un grifo o la
mezcla de ambos soportes, es decir, el sonido del agua junto al de
las radios desintonizadas. También he empleado el sonido procedente
de una radio sintonizada a volumen medio bajo en una emisora en idioma
extranjero.
Las pruebas, de una duración aproximada de unos diez minutos,
las transfiero al ordenador tras haber sido registradas por mediación
de una grabadora digital (en la actualidad -año 2022-, he sustituido
la grabadora M-Audio y el dictáfono por una Tascam
DR-40X). Tanto si se han producido entradas durante el momento
de la grabación audibles directamente a través del altavoz
de la radio (voces directas de radio o VDR), como si he logrado registrar
voces que no fueron audibles mientras la prueba se estaba llevando
a cabo (parafonías), se editarán mediante un programa
de sonido (Audacity
es un programa de código abierto, gratuito y con recursos más
que suficientes) para mejorar en lo posible la calidad de los registros.
Habitualmente, se deben filtrar para eliminar el ruido de fondo producido
por el propio soporte empleado, bajar en ocasiones la velocidad de
reproducción de ciertas voces y amplificar el resultado final.
La utilización del sonido del agua como portadora ofrece también
resultados aceptables, además de erradicar la posibilidad de
que podamos confundir una entrada espúrea de radio con una
voz anómala. Debo aclarar que la utilización de una
buena grabadora no aumenta la cantidad de voces registradas, pero
sí mejora su calidad. Lo importante en este tipo de experiencias
es efectuar las grabaciones con regularidad, llevándolas a
cabo de la forma que mejor se adapte a la personalidad del experimentador.
La experiencia a lo largo de estos últimos 50 años ha
demostrado que repetir ciegamente los procedimientos de otros investigadores
no garantiza en absoluto la obtención de registros.
Dado que el equipo empleado y las distintas modalidades de efectuar
la prueba sólo son formas de encauzar y acrecentar la capacidad
mediúnica de la persona que efectúa la experiencia,
gastar cantidades ingentes de dinero en equipos de elevado coste no
suele reportar mejores resultados. Una buena grabadora de campo que
no genere ruido de fondo y unos cascos o auriculares de buena calidad
para escuchar con atención los registros son suficientes para
efectuar las experiencias. Creer que alguna vez dispondremos de dispositivos
electrónicos para comunicarnos con nuestros familiares y amigos
fallecidos con sólo pulsar un botón es simplemente una
entelequia pueril.
|