Como astrónomo
aficionado con más de cuarenta y cinco años de experiencia,
me consta que no es fácil que un neófito pueda percibir
una débil galaxia de baja luminosidad superficial la primera
vez que asoma el ojo al ocular de un telescopio. Habitualmente, y
dado que la retina es más sensible en la periferia que en sus
zonas centrales, se debe emplear la visión lateral para lograr
percibir los pocos fotones que, a causa de la enorme distancia que
nos separa de dichos objetos estelares, nos llegan a nuestro planeta.
"Ese puntito diminuto con apariencia ovalada que ves a la izquierda
de esas tres estrellitas que parecen forman un triángulo es
la galaxia; no mires directamente a esa zona del ocular, sino hacia
la periferia. Si acostumbras la vista observarás que ese puntito
parece desenfocado. Eso se debe a que estás viendo el núcleo
de la galaxia...". No es extraño que tras este tipo de
indicaciones nuestro neófito acompañante de observación
exclame con cierto desdén: "¡Yo no veo nada!".
Esto es exactamente lo que sucede en muchas ocasiones cuando una persona
no acostumbrada a la escucha de parafonías, o de voces directas
de radio, trata de entender su significado. La mayoría de las
veces los mensajes se registran a un volumen bajo, o muy bajo; usualmente,
y dado que el proceso requiere necesariamente aporte de energía,
los sonidos ambiente empleados durante las grabaciones (fondos de
radio desintonizadas o a medio desintonizar) obstaculizan la escucha
de las voces, que casi siempre se hayan enmascaradas bajo todos esos
sonidos de soporte, tan molestos como necesarios.
El filtrado mediante una reducción de ruido selectiva (noise
reduction) y la amplificación posterior del registro, consigue
en muchas ocasiones resultados que, sin ser espectaculares, mejoran
la calidad de las voces que en la grabación original se perciben
tenuamente y logra que voces inaudibles en la grabación original
se escuchen con cierta claridad tras el proceso de filtrado. También
a veces se debe disminuir la velocidad de reproducción de las
voces, pues éstas parecen haber sido registradas a una velocidad
inusualmente rápida. La persona que desee entender los registros
deberá ser capaz de separar y diferenciar los sonidos de fondo
empleados durante la grabaciones de las propias voces; en algunas
grabaciones esto resulta fácil; en otras, no tanto. Pero esta
es la clave. La interpretación fonética de los mensajes
que reseño en las próximas páginas para facilitar
la comprensión de las voces no debe interpretarse como una
especie de conductismo (se me dice lo que debo escuchar), sino, y
retomando el símil de la astronomía amater, como la
ayuda que un astrónomo aficionado presta a un neófito. |