Establecer la comunicación es verdaderamente complicado y esta voz parece incidir en este hecho.
Voz con entonación china.
Los primeros intentos de transcomunicación los llevé a cabo durante las navidades de 1989. La razón que me impulsó a iniciar las experiencias de grabación fue el fallecimiento repentino de Inma y Alvaro, dos personas jóvenes y llenas de proyectos cuyas pérdidas, coincidentes prácticamente en el tiempo, me dejaron profundamente marcado, hasta el punto de modificar incluso mi trayectoria profesional, por aquel entonces ligada al cine profesional. Con ambos tenía proyectos que el infortunio truncó de forma abrupta e inesperada. Tras estas pérdidas trágicas me dispuse a comprobar si la comunicación con las personas fallecidas podría ser posible, obteniendo mis primeros resultados tan sólo unos días después de iniciar las pruebas. En las grabaciones, efectuadas prácticamente en su totalidad en mi domicilio, empleé televisores, transistores desintonizados o ruido de agua como soporte. Para llevar a cabo las experiencias de grabación no son necesarios costosos equipos, pero sí grandes dosis de paciencia, constancia en la experimentación y por supuesto fe en el contacto. Resulta indispensable el empleo de auriculares para la escucha de las parafonías, pues éstas pueden estar enmascaradas por el ruido de soporte, por otra parte indispensable. Si desea saber cómo registrar las voces, pinche aquí. Si desea echar un vistazo a las psicoimágenes obtenidas por mí entre los años 1992 y 1994, pinche aquí. Si desea conocer las páginas de otras personas que llevan a cabo experiencias de transcomunicación, pinche en este otro enlace.