Se atenúa la risa, se acaba la aventura,
las luces bajan y el atardecer cae sobre el lugar que habitas.
El tiempo te empuja hacia la puerta de salida.
Lo has visto en otros. Conoces el camino. Te espera.
No hay lugar donde esconderse, no hay huida.
El rumor de los que te precedieron te acompaña,
sus silencios, sus llantos, sus temores.
Sus rostros quejumbrosos, sus vidas consumidas.
Se atenúa la risa, se acaba la aventura.